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Excavaciones arqueológicas en la Catedral de Santiago VIII

La saga que ha atrapado a medio Chile continúa:

Excavaciones arqueológicas en la Catedral de Santiago VIII

Publicado el 10/11/2015
Fragmento cerámico con superficie interior escobillada y cara exterior decorada con un motivo rombos en hilera de origen cusqueño, en una variante local.
Fragmento cerámico con superficie interior escobillada y cara exterior decorada con un motivo rombos en hilera de origen cusqueño, en una variante local.
Ocho, esas son las entregas que ha completado el reporte que ha hecho Rubén Stehberg, Jefe del Área de Antropología del MNHN, respecto de su trabajo en el subsuelo de la Catedral Metropolitana de Santiago. Una serie que ha cautivado corazones y también develado misterios que nos dan un poco más de detalle de otros tiempos, otras épocas.

En una nota anterior (Nota VII) se explicó en qué consiste el trabajo de conservación preventiva, en esta nota veremos lo que sucede con la aparición de...

¡CERÁMICA INCA!

...El grito proviene del área de harneo. Se detiene la excavación. Partimos a ver de qué se trata. En la cuadrícula 6, entre 160 y 170 cm de profundidad,aparecen dos fragmentos, uno pintado de blanco y otro decorado con el motivo cusqueño rombo en hilera, en una variante local. Notamos varias cosas. La decoración cubre solo la superficie exterior. La cara interior, muestra el típico escobillado de los contenedores incaicos. Alguien se percata que los dos fragmentos encajan y forman parte de una misma pieza. Y la pregunta de siempre: ¿estaban quebradas o se rompieron durante la excavación? No hay evidencia de golpe reciente, lo que significa que ya estaban fracturadas. Qué alivio. Al menos nosotros no las dañamos.

Los excavadores en el fondo de las cuadrículas empiezan a quejarse: ya pues, nosotros también queremos verlas. Se las llevamos. Les llama la atención los dos bordes paralelos. Es una prueba que las vasijas se modelaron a través de la técnica del acordelado, quebrándose el fragmento en la unión de los lulos.

Los fragmentos se encontraron en un estrato colonial removido. Durante la colonia se efectuaron muchas remociones de tierra. Por ejemplo, se hacían huertos en los patios de la casas. También era usual hacer pozos profundos para extraer arcilla necesaria para la confección de tapias y adobes. El agujero creado era aprovechado para arrojar desperdicios, tal como sucedió en las cuadrículas 2 y 10. Es probable que los dos fragmentos cerámicos incaicos procedieran de una de estas remociones. Su presencia nos alegró porque era un anuncio que más abajo podría encontrarse el nivel Tawantinsuyu que estábamos buscando.

La distracción duró pocos minutos. La excavación debía continuar, al menos hasta que un nuevo hallazgo la volviera a interrumpir.

Lamento informarles que por ahora, no podré seguir escribiendo sobre la Catedral.

La próxima semana iniciamos el estudio y excavación de un sitio, posiblemente incaico, existente en la Quebrada de Ramón, frente a Santiago. En un tiempo más, me comprometo a terminar con el tema de la Catedral e informarles sobre esta nueva investigación...

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Nota III

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