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Un nuevo dinosaurio ornitópodo del Cretácico de la Antártica

Nota Área de Paleontología:

Un nuevo dinosaurio ornitópodo del Cretácico de la Antártica

Publicado el 22/12/2015
Pata derecha de Morrosaurus mostrando el metatarso IV estrecho.
Pata derecha de Morrosaurus mostrando el metatarso IV estrecho.
David Rubilar, Jefe del Área de Paleontología del MNHN, nos ilustra sobre el descubrimiento de un nuevo dinosaurio ornitópodo en la Antártica.

Morrosaurus antarcticus Rozadilla et al., 2015 es el nombre del último dinosaurio descubierto en la Antártica, específicamente en la isla James Ross. El fósil consta de una extremidad posterior derecha fragmentaria identificada como perteneciente a un dinosaurio ornitópodo, grupo de dinosaurios ornitisquios que vivieron desde el periodo Jurásico hasta el Cretácico tardío, es decir, entre 197 y 66 millones de años aproximadamente y los cuales tuvieron una disribución cosmopolita. Los restos de Morrosaurus provienen del Cretácico Superior de Formación (Maastrichtiano) de la Formación Snow Hill Island.

El análisis filogenético, es decir, el estudio de los caracteres evolucionados compartidos entre las especies, de los restos encontrados, anida el nuevo taxón en un grupo monofilético (grupo natural que incluye todos los descendientes de un ancestro común) de ornitópodos propio del hemisferio sur. Este grupo incluiría la mayoría de los ornitópodos patagónicos y antárticos. Varios miembros de este grupo comparten: un pie esbelto y con un metatarso IV estrecho, chevrones (huesos que se encuentran en la cola de los reptiles y algunos mamíferos como los manatíes y en cuya estructura se alojan nervios y vasos sanguíneos) expandidos, y el húmero sin cresta deltopectoral. Varias características indican que estos ornitópodos presentan adaptaciones para una especializada modo de vida cursorial (término que describe un organismo "adaptado" específicamente para correr).

El reconocimiento de que los ornitópodos de la Patagonia y la Antártida pertenecen a un monofilético claro, refuerza la idea que indica que la Patagonia, Antártida y Australia compartieron una fauna terrestre común durante el periodo Cretácico.

Nuevos hallazgos paleontológicos realizados en la Región de Magallanes, en los cuales participan voluntarios del MNHN, ayudarán a poner a prueba esta hipótesis paleobiogeográfica, agregando más información para entender las posibles rutas de dispersión de los dinosaurios durante la fragmentación de Gondwana.