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Cementerios prehispánicos en la ciudad

Espeluznante reporte:

Cementerios prehispánicos en la ciudad

Publicado el 14/06/2016
Cementerio Quinta Normal, entierro de masculino
Cementerio Quinta Normal, entierro de masculino
Verónica Silva, curadora del Área de Antropología, nos aporta una nota que nos habla de cementerios y cuerpos sepultados bajo lugares por los que hoy transitamos a diario.

¿Alguna vez se han preguntado si estaremos habitando sobre algún antiguo cementerio prehispánico? La influencia de películas como Poltergeist (1982) han abierto nuestra imaginación y de seguro más de alguna vez lo hemos pensado. Pues bien, en ciudades como Arica o Iquique es muy común que en los patios de las casas, a raíz de alguna ampliación o construcción, se descubra más de un cuerpo sepultado. Basta visitar el museo de sitio Colón 10 de la Universidad de Tarapacá, con cuerpos in situ de la cultura Chinchorro (Figura 1), para imaginarnos cómo debe ser el panorama en el subsuelo de muchas de las casas que se hallan en las laderas del Morro de Arica.

Eso no acaba allí. No todos lo saben, pero en la Avenida 21 de mayo, donde hoy se encuentra un supermercado, existía también un cementerio prehispánico, que fue descubierto durante la construcción del local comercial. Los ejemplos de cementerios prehispánicos en Arica son muchos y no sólo de la cultura Chinchorro, puesto que todo el casco antiguo de la ciudad tiene bajo su superficie los vestigios de su pasado, previo a la llegada de los españoles, desde Chinchorro hasta los Incas.

¿Y qué pasa en la capital? Santiago, como bien sabemos por los trabajos del Dr. Rubén Stehberg y otros muchos arqueólogos que trabajan la zona Metropolitana, también tiene su pasado prehispánico, pues ya es ampliamente sabido que los conquistadores hispanos no llegaron a un sitio eriazo a fundar la ciudad. En Santiago habitaban distintos grupos humanos que al momento de la llegada de los españoles se encontraban bajo la influencia del imperio Inca y cerquita del MNHN tenían uno de sus cementerios.

Donde hoy se yergue orgulloso el edificio del Museo de la Memoria y los Derechos Humanos se emplazaba el Cementerio Incaico de la Quinta Normal. Su descubrimiento se produjo el año 2001, a raíz de los trabajos de construcción de la estación Quinta Normal de la Línea 5 del Metro de Santiago, en la intersección de las calles Matucana y Catedral. Las excavaciones arqueológicas permitieron el rescate de cinco entierros que corresponden a un hombre y cinco mujeres (Henríquez y Reyes 2005) con sus respectivas ofrendas. Una segunda etapa de excavación liderada por la Arqueóloga Verónica Reyes -y en la que integré el equipo de Antropólogos Físicos-, se llevó a cabo el año 2006 en el contexto de los trabajos de la construcción de la Estación Intermodal Quinta Normal (actual Museo de la Memoria). En esa oportunidad se rescataron un total de 13 entierros, 12 individuales (cinco mujeres, dos hombres y tres infantes o niños) y uno múltiple, que corresponde a una mujer localizada decúbito ventral (boca abajo), con un infante apoyado en su espalda.

El patrón de entierro se caracteriza por presentar a los individuos en posición extendida, en general en decúbito dorsal (de espalda) o lateral (de lado), acompañados principalmente por ofrendas cerámicas en las que los elementos de diseño y manufactura incaica se entremezclan con lo local, en especial Diaguitas de Chile Central y Aconcagua (Cantarutti y Mera 2002; Correa et al. 2007). Destacó el hallazgo del entierro de un hombre con abundantes ofrendas cerámicas de gran tamaño (Figura 3).

Otros cementerios del mismo período son el caso de Nos (Stehberg 1976), Las Tinajas de Quilicura, Plaza Italia, Marcoleta y Compañía (Uribe 1999-2000) donde, al igual que en el cementerio de Quinta Normal, lo local se combina con lo incaico. Una relevante excepción corresponde al cementerio de bóvedas de La Reina, excavado y estudiado en 1947 por quien fuera directora del MNHN entre 1964 y 1982, la Dra. Grete Mostny, quien plantea que, dadas las características de los entierros, pertenecieron a individuos de la élite incaica.

Pero no debemos olvidar también que mucho antes de los Incas, otros grupos humanos vivieron y murieron en estas tierras. Y ya que estamos hablando de cementerios no podemos dejar de mencionar el sitio arqueológico El Mercurio, descubierto en 1988 por trabajadores del diario a los pies del cerro Manquehue. Durante la excavación arqueológica se recuperaron 36 cuerpos y este entierro ha sido asociado a las culturas agroalfareras tempranas Bato y Llolleo (Falabella 1994).

Los antedichos son sólo unos pocos ejemplos de sitios cementerios prehispánicos que podemos encontrar en las ciudades, así que si se vuelven a hacer la pregunta de si habitamos sobre antiguos cementerios, la respuesta es un rotundo sí. Incluso podemos estar sobre uno en este preciso momento.

Referencias

  • Falabella, F. 1994. El Sitio Arqueológico El Mercurio en el Contexto del Período Agroalfarero Temprano de Chile Central. Actas del Segundo Taller de Arqueología de Chile Central. http://www.arqueologia.cl/actas2/falabella.pdf
  • Mostny, G. 1947. Un cementerio incásico en Chile central. Boletín del Museo Nacional de Historia Natural XXIII: 17-41.