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De la luna hasta el Museo Nacional de Historia Natural

Esta nota viene desde el espacio:

De la luna hasta el Museo Nacional de Historia Natural

Publicado el 05/07/2018
El astronauta Harrison Schmitt tomando muestras geológicas en el sector Taurus-Littrow.
El astronauta Harrison Schmitt tomando muestras geológicas en el sector Taurus-Littrow.
Pocos saben que en nuestro Museo existe un auténtico fragmento de roca lunar, extraído por el primer geólogo-astronauta de la NASA, Harrison Hagan Schmitt. Leonardo Pérez, curador del Área de Paleontología nos cuenta más en la siguiente nota.

En 1972, el APOLLO 17 alcanzaba la luna y los astronautas Eugene Cernan y Harrison Schmitt desplegaban su vehículo lunar viajando 36 km en tres excursiones. El geólogo Harrison Schmitt recogió muestras del valle conocido como sector Taurus-Littrow, coordenadas lunares 22° N - 31° E (Figura 1). El sitio fue elegido porque tenía características que prometían una variada colección de imágenes, muestras de roca y otros datos tanto de la zona montañosa antigua como de las áreas volcánicas más jóvenes. Recolectó muestras de un vidrio naranja y negro, indicativos de antiguas "fuentes de fuego volcánico” (erupciones de lava lunar). Los análisis de algunas muestras revelaron que el gran valle era parte de un enorme impacto que creó la cuenca de Serenitatis (Head, 1974). Las fechas más antiguas indicaban que fue creado hace unos  3.800 millones de años (Darlympe & Ryder, 1994), tan antiguo como los primeros fósiles de vida conocidos en el planeta Tierra. Otras rocas asociadas a fallas geológicas más jóvenes indicaron edades de entre 70 y 110 millones de años (Schmitt et al. 2017).

Un poco de contexto terrícola: A medida que en la luna los grandes impactos continuaban dibujando el intrincado aspecto de su superficie, en la Tierra, hace unos 3.800 Millones de años, surgían en el mar las primeras formas de vida fotosintética, los estromatolitos (alfombra de piedra en griego), llenando lentamente nuestra atmósfera de oxígeno, un elemento clave para la evolución de las especies que vendrían después. Luego, hace “tan solo” unos 100 millones de años abundaban los dinosaurios, y sus formas voladoras (las aves) seguían su intrincado camino evolutivo conquistando los cielos. En el mar, los terroríficos reptiles marinos e invertebrados como los amonites, dominaban en cada uno de los océanos. También en ese periodo proliferaban las plantas con flores y los insectos polinizadores desarrollaban nuevas y variadas estrategias. Mientras tanto, los continentes avanzaban lentamente acercándose a su forma actual. La antártica aun no tenía hielo y desbordaba en todo tipo de vida. Eran los inicios de lo que se conoce como el Cretácico Superior, la última época de la Era mesozoica.

En 1975 el gobierno de Estados Unidos regaló a Chile la muestra N° 428, la que actualmente se puede visitar en la primera sala de exhibición del MNHN (“Cuando todo comenzó…). La bandera chilena exhibida también estuvo en la luna.

Harrison Schmitt fue uno de los primeros en estudiar las rocas lunares y fue también quien tomó la famosa fotografía de la tierra vista desde el espacio “The Blue Marble” (la canica azul), Figura 3. Fue la primera vez que la trayectoria del Apollo hizo posible fotografiar desde el mar mediterráneo hasta las capas de hielo del polo sur. Casi toda la costa de África es visible, así como la península arábiga y la gran isla de Madagascar. El continente asiático está hacia el noreste en el horizonte.

La luna se encuentra a unos 384.400 km de la tierra. Si queríamos ir hasta ella, tendríamos que recorrer el equivalente a dar la vuelta al planeta casi 10 veces. Es un largo tramo para que esta pequeña roca lunar llegara hasta primera sala de exhibición del Museo Nacional de Historia Natural.

REFERENCIAS

Darlimpe, B. & Ryder, G. 1994. Argon-40/argon-39 age spectra of Apollo 17 highlands breccia samples by laser step heating and the age of the Serenitatis basin. Journal of Geophysical Research. Vol. 101 (E11): 26.029-26.084.

Schmitt, H., Petro, N., Wells, R., Robinson M., Weiss B. & Mercer, C. 2017. Revisiting the field geology of Taurus–Littrow. Icarus. 298:2-33

Head, J. 1974. Morphology and structure of the Thaurus-Lithrow Highlands (Apollo 17): Evidence for their origin and evolution. Earth, Moon, and Planets. Vol. 9 (3-4):355-395.